lunes, 7 de mayo de 2012

La incapacidad para mantener un ritmo durante todo un recorrido


Tomado de entrenamiento “algo más que ciclismo”
Por: Reynel Suárez      reynel.suarez@fajardo.inter.edu


Una de las destrezas más difíciles de aprender, enseñar y  sobre todo, de poner en práctica en deportes como el  ciclismo, atletismo, natación y triatlón; es la relacionada con la habilidad para mantener y controlar determinado ritmo de carrera durante todo un  recorrido.  En el  ciclismo esta habilidad  juega en rol decisivo. 

Está habilidad es influenciada por factores internos    y externos. Tal es el caso de las emociones, motivación, algunas creencias, la falta de experiencia y  las salidas en  grupo, puesto que el grupo te induce a la competición. 

Generalmente se está  tan motivado que la marcha se inicia a una intensidad muy alta por demasiado tiempo sin medir las  fuerzas, energías y sin control de la adrenalina, situación  que lleva a echar  por tierra los objetivos, beneficios  fisiológicos, técnicos  y  deportivos.

La mayoría de los ciclistas creen que pueden mantener una intensidad que les permite ahorrar tiempo yendo más rápido que el ritmo, velocidad y potencia promedio que sus condiciones físicas y naturales les permiten. 

Este comportamiento o estrategia tiene un efecto adverso o contrario, porque después de la primera hora de carrera los depósitos de glucógeno disminuyen, se incrementa la fatiga muy temprano  y   el ácido láctico empieza a acumularse de manera dramática   en los músculos y la sangre, situación que  lleva al organismo a generar una acidosis que incide directamente en la contracción muscular y en la producción  de energía, es decir el tiempo que se gana  al principio  lo perdemos al final.
Los estudios y experimentos sobre este aspecto  han demostrado que ésta perdida de tiempo al final del recorrido es mucho mayor porque se tiene que reducir la intensidad debido a la fatiga y  acumulación de ácido láctico.

Las consecuencias de esta falta de autocontrol emocional son evidentes y se observan cada fin de semana, cuando en lugar de entrenar, rodar para perder peso, recuperarse de trabajos intensos, recibir los beneficios fisiológicos del ejercicio o  simplemente recrearnos, los echamos a perder por andar compitiendo, como si para progresar lo único que hay que hacer es correr hasta fundirse El ciclismo es un deporte de ritmo y de equilibrio, inclusive lo son algunas carreras de pista.

Las  carreras las ganan los ciclistas más regulares, los que mejor estrategia emplean, los más inteligentes, los que más energía saben conservar y  los que  esperan  el momento oportuno para atacar.

 De acuerdo a  Joe Friel, autor de la “Biblia del Entrenamiento”, la solución   a esta falta de destreza, autocontrol y  autoconocimiento, es aprender a correr a ritmo y tratar de hacer la   última parte del entrenamiento sin dejar caer el ritmo y si es posible a mayor intensidad al final.


Una buena manera de aprender a correr autorregulado  es correr en una cuesta que tenga ocho o más quilómetros, que sea exigente y que te  obligue a empezar a subir regulado.

Otra estrategia es correr una hora contra reloj o tras moto a una intensidad que estemos seguros podemos mantener los sesenta minutos y si es posible aumentar al final.

Coloque las fuerzas y energías en un pote y vaya  gastándolas según va  cubriendo  el recorrido  pero cuidado, que no te quedes sin gasolina  al final, porque tendrás  que llorar cuando te pasen por el lado los que vienen de atrás; los  que saben correr, ahorrar energía y sobre todo que han aprendido a medir sus fuerzas, controlar sus emociones y no dar pedalazos de más.

Nota personal.  Evite entrenar en grupo, el grupo te induce a la competencia. Joe Friel autor de ‘’La Biblia del Ciclismo”, desaconseja correr en grupo.
Reynel Suárez

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